Los padres de Josefa me buscaron porque no dormían más de noche, es decir, no dormían juntos en la cama. Uno de los dos tenía que dormir en el salón, ya que el único lugar en que su hija de 10 meses dormía era en una silla mecedora para bebés en el living. . Josefa no quería entrar en su cuna de ninguna manera. La ponían allí y empezaba a gritar desesperada. . Los padres ya habían intentado dejarla gritando en la cuna una vez para ver si se acostumbraba, pero gritó por 1 hora hasta dormir y la situación no mejoró. . Además de dormir en la sillita, se dormía tomando el biberón. Se despertaba al menos una vez por noche, a veces mucho más, y sólo volvía a dormir tomando otro biberón. . Decidimos hacer un proceso muy gradual para ayudarla a dormir. . La primera cosa que hicimos fue poner a Josefa con juguetes en la cuna durante el día y quedarse allí al lado jugando con ella, al menos 15 minutos al día. Los juguetes deberían ser sus preferidos porque aún siendo de día, ella no quería entrar en la cuna de ninguna manera. . La segunda fue empezar a dar el último biberón del día a Josefa con las luces prendidas, en el sillón o en cualquier otro lugar, para evitar la asociación que ella había creado entre el biberón y el sueño. Durante la noche, fuimos reduciendo el número de biberones gradualmente hasta eliminarlos completamente. . Además, pusimos el colchón de la cuna de Josefa sobre el piso de su habitación, al lado de la cuna y el colchón de los padres pegado a su colchón. Ella empezaría durmiendo allí con sus padres, para primero acostumbrarse al colchón y al cuarto. Luego pasaría a dormir en la cuna, también con los padres al lado, y finalmente los padres deberían alejarse de la cuna gradualmente, hasta que Josefa se sintiera cómoda para dormir en su habitación sola. . En aproximadamente dos semanas, Josefa estaba durmiendo sola en su cuna, toda la noche, sin interrupciones o llantos. . Paula Roitman Pedagoga Especializada en el Aprendizaje del Sueño Infantil
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