Rosa me contactó porque su hija, Ana, de 1 año y 7 meses, además de tardar para dormir y despertarse muchas veces durante la noche, ya no quería dormir en su cama (un colchón en el piso al lado de la cama de los padres), sólo en la cama de los padres y prácticamente encima de su madre, mamando. Sus siestas eran muy cortas y sólo sucedían si la madre estuviera acostada al lado. . Ana, una niña sana y que está creciendo y desarrollándose de acuerdo a lo esperado para su edad, parecía muy irritada durante el día y hacía muchos berrinches. Conversando con Rosa, llegamos a la conclusión de que los berrinches y el mal humor eran una consecuencia del cansancio. Ana estaba durmiendo mal. . Decidimos enseñar a Ana a dormirse sola en su cuna para eliminar las asociaciones que creó entre el pecho, la presencia de la madre y el sueño. Sin embargo, decidimos hacer un proceso gradual y gentil ya que Rosa y su marido no querían que Ana llorara mucho durante el aprendizaje. Empezamos con la última mamada del día al living, para evitar la asociación entre el pecho y el sueño, introducimos un ritual para la hora de dormir (una historia) y entonces comenzamos el proceso de enseñar a Ana a dormir en su cama, a principio con mimos de la madre y cada vez con menos contacto con la madre, hasta que ella aprendiera a dormirse sola. . Reducimos el número de mamadas durante la noche gradualmente, para que Ana, a pesar de no necesitar más mamar de noche, no se quedara con hambre, ya que estaba acostumbrada a mamar toda la noche. . En 2 semanas, Ana ya estaba durmiendo sola en su cama y sin ayuda, mamando sólo una vez durante la noche (la madre prefirió mantener una mamada y obviamente respeté su decisión), haciendo 2 siestas al día, la segunda de aproximadamente 1 hora y media, y despertándose de buen humor. Paula Roitman Pedagoga Especializada en el Aprendizaje del Sueño Infantil

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