Si.. los niños están observando y aprendiendo todo el tiempo! Haciendo conexiones, asociaciones, intentando comprender nuestras reacciones a sus comportamientos y probando los límites. No porque quieren manipular, no porque quieren irritarnos.. simplemente quieren saber hasta dónde es seguro llegar!
Les cuento algo que pasó este último mes en mi casa.. nos mudamos. Mi hija de 3 años y medio, que solía dormir bien, solita, toda la noche en su cama, durmió horrible en la última semana antes de mudarnos. Estuvimos charlando sobre la mudanza, preparamos un calendario para que pudiera entender cuántos días faltaban para mudarnos, pero aún así la ansiedad y seguramente el miedo del desconocido, ya que no sabía muy bien qué significaba mudarse de casa, interfirió en su sueño.
Al llegar a la nueva casa, durmió divina la primera noche. Se acostó, le di buenas noches, quedó solita en su cuarto y durmió hasta el otro día.
Pero.. al día siguiente.. mi esposo no estaba en casa y a la hora de dormir me quedé sola con mis 2 hijos. Decidí hacer pijama party en mi habitación, algo divertido para ellos y para mí también. Estuvo tan lindo que empezamos a hacerlo siempre que mi esposo estaba de guardia.
¿Adivinen qué pasó?
Después de 2 o 3 noches que durmieron en mi cama, aunque no seguidas, ella empezó a quejarse y no quería más dormir en su cama. Al principio de la noche, conciliaba el sueño en su cama, pero ni bien se despertaba de madrugada, quería pasar a la mía. Yo, cansada y con ganas de mimarla (confeso) la empecé a llevar a mi cama.
En una cuestión de días esto empezó a pasar diariamente e incluso si estaba en mi cama y yo no estaba, por ejemplo si me despertaba temprano y ella quedaba durmiendo, al darse cuenta lloraba y no quería seguir durmiendo sola.
¿Por qué generó este nuevo hábito así de repente?
Esta es mi interpretación:
Al principio fue divertido dormir con mamá y le gustó. No entendió porqué algunas noches podía dormir en mi cama y otras no. Empezó a pedir lo mismo todos los días.
Mi respuesta fue sacarla de su cama y traerla cada vez que se despertaba.. ella fue entendiendo que en la casa nueva no tiene que dormir en su cama toda la noche.
Ella no entendía bien porqué no debía dormir en su cama toda la noche, pero en su cabeza era muy claro: ¨Me despierto, lloro y me sacan.¨ Conclusión, ¨si no me sacan capaz que es porque no lloré lo suficiente, porque es obvio que no tengo que quedarme acá. Me da miedo quedarme acá.. qué podrá pasar si me quedo?¨
Así generamos un nuevo hábito, una nueva asociación. A partir de ahora, si quiero que duerma en su cama toda la noche, necesito mostrarle que está segura, que no le pasará nada. Necesito dejarle claro si se puede venir a la cama de mamá o no, cuales son las reglas y ayudarla a seguirlas.
¿Qué hicimos para ayudarla?
En primer lugar, me senté con ella y le expliqué que ahora no podemos más dormir siempre en la cama de mamá. Que podemos dormir con mamá cuando papá no está. Dibujé una tabla con todos los días de la semana y el día que papá no está quedó marcado en otro color y con estrellitas. Le expliqué que este día es el día que podemos dormir con mamá. Los otros, cada uno en su cama.
Además, le mostré qué tenía que hacer si se despertara de madrugada. No tenía que levantarse o llorar. Le hice un dibujo con las siguientes reglas:
1) Quedar acostada en la cama
2) Cerrar los ojos
3) Hacer silencio
Ella repitió conmigo, nos reímos imitando las reglas.
Luego, para estimularla, puse su nombre con una columna en otro papel. Le dije que cada noche que ella logra dormir en su cama y respetar las reglas, vamos a dibujar en la columna una carita feliz. Le dije que confiaba en que ella lograría hacerlo y que mañana le contaríamos a los abuelos y a la maestra que durmió divina en su cama como una nena grande.
Dejé todo eso en su cuarto y a la hora de dormir, repasamos todo. Qué día era, adónde tenía que dormir, qué hacer si se despertaba de noche, etc.
Se durmió en su cama. Se despertó a las 4am, lloró un poco. Fui a su cuarto y le expliqué que tenía que dormir en su cama. La ayudé a conciliar el sueño con un poco de caricias y durmió hasta la mañana. Se despertó llamándome y diciendo ¨mamá, logré!!!¨, muy contenta.
Al otro día también durmió bien, se despertó más cerca de las 6am y volvió a dormir con facilidad.
El tercer día fue más difícil. Se despertó e íbamos a calmarla pero ella no quería quedarse sola en el cuarto y tampoco lograba conciliar el sueño con nosotros allí. Le hicimos caricias, la ayudamos (un poco yo, un poco el papá). Pasó más de 1 hora, yo estaba muy cansada y le dije: mamá está muy cansada y necesita dormir, no puede quedarse acá. Le di un peluche, le dije que ella también tenía que dormir y le recordé las actividades del día siguiente para animarla. Finalmente se quedó solita, hasta que en algún momento volvió a dormir (yo ya estaba en mi cama). La felicité muchísimo por la mañana y sentí que estábamos haciendo un buen trabajo, devolviéndole la seguridad que sentía en su habitación.
Cuarto día: durmió toda la noche, se despertó por la mañana contenta! Cómo le hace bien dormir toda la noche y a nosotros también!
Seguramente seguiremos con algunas noches mejores y otras peores, hasta que los hábitos sanos estén completamente incorporados de vuelta💪
Paula Roitman
Pedagoga especializada en el Aprendizaje del Sueño Infantil
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